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El Purgatorio

El origen

de las negras vírgenes
lágrimas de eva
nacieron todas mis penas

un concentrado de mi género
me va nadando entre las venas

la que pide la que roba
la que ama la que calla
la que grita la que goza
la que arranca la que mata
todas asoman sus rostros al espejo
donde busco rastros de mí cada mañana

somos un río
-y rio-
somos la mota de nieve
provocando la avalancha

nos sentimos desde el útero
un seno extirpado nos hermana
nos abrazamos las amazonas
a compartir dolor y esperanza

II

aún me falto cada madrugada
cuando el vientre llora infecundo
hace frío y maldigo mi cuerpo

soy la que soy
yo y todas las otras
castas madres prostitutas santas

somos un murmullo de las almas
una oración que se siente, que no canta

mueran todos los sonidos del mundo
y escuchen hombres
que hasta la tierra-hembra habla

III

parimos hijos y amantes
todos nacen-mueren alguna vez
en nuestras ganas

IV

¿cuándo aprenderá la sociedad
a respetar la maternidad del universo
oculta en nuestras entrañas?

el espíritu santo nos sopla
la vida y el fuego blanco que emanamos

¡ni un hijo más se nos arranca!

V

vengan varones, sean también libres
lloren la muerte la vida la pena la dicha
asesinen los patrones sociales
y tomen con nosotras miel y sal del alma

el padre-madre nos creo por iguales
unos pocos nos sembraron diferencias
basados en nuestras formas genitales

dejemos de arrastrar falsas enseñanzas
seamos con ustedes también uno
estoy cansada de verlos contener las lágrimas
como si la hombría se escapara a cuenta gotas

VI

abracémonos esta noche en llanto
por los milenios perdidos en la nada

soy la que soy
yo y todas las otras

quiero adoptar a los hombres
que no sean cobardes a su pena
a los que les duelen los hijos que murieron
los que no engendraron los que me quisieron

lavemos codo a codo los pecados
perdonémonos las faltas y los miedos
vamos y comencemos desde cero
un paraiso sin serpientes ni culpables
volvamos a ser todos como hermanos
adanes y evas nacidos de un mismo cielo

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