exilio
déjame el exilio
déjame las horas muertas
pertenezco al silencio
como un árbol a la tierra
tengo por casa un cielo nocturno
una piedra -tan apacible como yo-
y apenas dos cocuyes me acompañan
aprendí a buscar la verdad
lejos de templos e imágenes
sorda al sermón paterno
y a los consejos en videocinta
de autoayuda, de la nueva era
a mí me hallo en la montaña
ausente de ajetreo cotidiano
bañada por la única voz
que desde el centro del alma
me llama
éste es mi sitio
aquí me abrazo en soledad
con las grandes riquezas
que bajo mis pies brotan
y sobre mis hombros vuelan
déjame a mí el exilio
ahora que no estoy muerta
déjame las horas muertas
pertenezco al silencio
como un árbol a la tierra
tengo por casa un cielo nocturno
una piedra -tan apacible como yo-
y apenas dos cocuyes me acompañan
aprendí a buscar la verdad
lejos de templos e imágenes
sorda al sermón paterno
y a los consejos en videocinta
de autoayuda, de la nueva era
a mí me hallo en la montaña
ausente de ajetreo cotidiano
bañada por la única voz
que desde el centro del alma
me llama
éste es mi sitio
aquí me abrazo en soledad
con las grandes riquezas
que bajo mis pies brotan
y sobre mis hombros vuelan
déjame a mí el exilio
ahora que no estoy muerta
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