Mirarla

Mirarla

es revivir las historias
la dulce entrega
la amarga experiencia
y la trenza de sueños que solía colgar en la ventana
es hallar el paso del tiempo
en su mirada
en esos grandes ojos que se casarón con la melancolía
y la hicieron suya
tanto
que se convirtieron en un solo ser para siempre
sin convenios de separaciones
en una ciudad donde el divorcio
es solo cosa de papeles
más no de cuerpos

es quererla un poco
es tener el valor suficiente para enfrentar
sus acusaciones
y decirle con descaro que todo fue necesario
tambien es odiarla mucho
por todo el dolor que pudo haber evitado
si no fuera una potencial suicida
cada vez que pone el pecho como escudo
entre la pared y la espada

es descubrir lo que fue
lo que es
lo que será
es aplaudir con fuerza
el don que tiene para quitarse el vestido del amor
y es abucharla porque siempre lo hace

Le miro

sonreimos con una lágrima paseándose la mejilla
nos despedimos con la certeza de reencontrarnos
cada vez que haya un dolor por nacer
ó un amor por morir
(si es que entre ambos existe diferencia)
y por fin, le doy la espalda al espejo