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El Purgatorio

Ven

ven, déjame arroparte el alma, está lloviendo y hace frío. cuántos inviernos de soledades cargas a cuestas, despídelos, que se vayan, traeré un té de primavera para calentarte las entrañas.

mi mundo está construido con maderos sin cortar, todo es de árboles que se abrazan, ven, tengo antojos de abrazar a alguien yo también.

en mi horno hay dos panes de esperanza, uno tuyo, uno mío, saben dulce, como la cama en quien descansa.

demasiados ríos arrastraste entre los pies y se quedarón pegadas algunas lágrimas, voy a secarlos con los pañuelos bordados de manzana y miel.

ven y déjame regalarte una promesa eterna, una chimenea de fuego de plata, una ventana al jardín de eva, un beso con sabor a papaya.

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