Guión

-No te decepciones.
-¿No?
-No. Bien sabes, bien conoces, que no es quien creíste.
-Me niego a creerlo. ¡Nadie puede fingir tanto!.
-Sabes que sí, tú has visto otros igual, ¿por qué te empeñas en seguir
dándole el privilegio de la duda?.
-Es que es muy difícil para mí entender que sea todo mentira, dime, ¿qué fin tendría mantener así, tan aferrada a él si sus intenciones no son las que dice?.
-Ego.
-¿Ego?.
-Claro, fíjate, jamás podrá asumir que algo que le perteneció, de repente, sea de otro.
-¿Otro? ¿estás loca o qué?.
-Un poco, pero no hablamos de mí. Quiero ayudarte, quiero que abras de una vez por todas los ojos y dejes de creer en pajaritos preñados.
-Lo sé, es solo que quiero que estés equivocada.
.
.
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-¿Será que esto es por mi culpa?
-Nadie es culpable de las mentiras ajenas. Ya basta de buscarle excusas.
-Es que... yo... lo quiero.
-No más que yo y ya ves, no ando disculpándolo a cada instante.
-Siempre admiré eso en ti. Eres más fuerte que yo.
-No, solo somos distintas.
-Sí, mucho.
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.
-¿Sabes? Hay momentos que quisiera borrarlo para siempre de mí.
-Yo también. Desearía no perder mi tiempo pensándole.
-Ni yo sintiéndole.
.
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.
.
-Ayudémonos.
-¿Cómo así?.
-Te explico, si ninguna quiere seguir sufriéndolo, ni malgastando el tiempo en él... podemos apoyarnos mutuamente.
-Tiene sentido, en qué consistiría la ayuda.
-Simple. Cuando tú le pienses, yo dejaré de sentirle y cuándo yo le sienta, tú dejarás de pensarle.
-Entonces... si no coincidimos... ¡claro! dejaría de ser amor.
-Exacto.
-Para ser solo alma eres buena pensando.
-Para ser solo mente sientes mucho. ¿Lo hacemos?
-Siiiii.

Y con el alma y la mente de acuerdo, pudieron convertirlo en solo un recuerdo.

Fin.-