Blogia
El Purgatorio

Cuando a veces digo amor no está mi voz hueca, no es un árbol viejo que se secó al lado del camino. Cuando a tientas dejo una caricia en tu mejilla, no fue un error de mis manos, ni un intento de consuelo. Cuando escribo no he dormido, jamás pienses que mi insomnio está ausente de apellido.

Cuando leas estas líneas, ten en cuenta todo esto, porque te digo amor y como un cántaro estoy llena, plena de alegría y querencia, porque acaricio tu rostro para acariciar mi alma y aliviarla de la angustia que a dias causa tu ausencia, porque simplemente mi desvelo, se halla saciado de ti, embelezado por tu existencia.

¿Cuándo, cuándo
sabrás por fin
que yo te amo?

1 comentario

Gabriela -

Pero el verbo "saber"....